Con Rouco Varela suelto diciendo cosas como que "a veces es necesario saber olvidar" difícilmente uno se puede creer que la sociedad en España haya juzgado convenientemente el Franquismo tal y como en Alemania han juzgado el nazismo y en EEUU la esclavitud de los negros. Según Rouco "la reconciliación pasa por tener que olvidar, no por ignorancia o cobardía, sino en virtud de una voluntad de reconciliación y perdón verdaderamente responsable y fuerte". Es decir, según Rouco, para que en España haya paz en este tema de que las familias de los perseguidos en la Guerra Civil quieran recuperar sus restos, él les recomienda que se olviden del tema y se dediquen a pensar en otra cosa.
Y sin embargo él sí que puede beatificar a los católicos asesinados entre 1934 y 1938. De hecho según la noticia del enlace anterior, el Vaticano ya ha beatificado o canonizado a 977 de esas víctimas a las que próximamente se les unirán otras 500, de un total de 10.000 que tienen en cartera. Con lo cual lo lógico es pensar que qué justicia es esa en la que los familiares de hoy en día no pueden recuperar los restos de sus abuelos, porque eso es provocar y crispar el clima social, y sin embargo la Iglesia sí que puede meternos por los ojos las misas en las que beatifican y suben a los altares de forma masiva a 10.000 católicos que supuestamente fueron perseguidos durante la Guerra.
Al día siguiente Zapatero respondió a Rouco pidiendo a la Iglesia que haga el favor de respetar todas las memorias, porque al igual que la sociedad ha respetado que la Iglesia haga ese gran número de canonizaciones, también ellos deben respetar que las víctimas de la Guerra Civil puedan saber dónde están los restos de sus familiares asesinados.
Mientras tanto en el Congreso no estaban mejor. Y es que el pasado día 20 de noviembre el diputado Joan Tardá de ERC proponía una reforma de la Ley de Memoria Histórica, habida cuenta que la actual, tal como salió no ha solucionado los problemas ya existentes. Y además pedía que el Rey (como Jefe del Estado) pidiese perdón a todas las víctimas, pedía la derogación de la Ley de Amnistía de 1977, causante de que la Audiencia Nacional haya tirado para atrás el auto de investigación del Juez Garzón.
A dicha petición, el diputado Jorge Fernández Díaz (del PP, y muy vinculado a la Iglesia), se ve que no se había repuesto de que al final lo de la placa a Sor Maravillas no le hubiese salido bien, y le respondió al diputado Joan Tardà en estos términos:
"Que usted diga que la II República es un modelo de respeto a los derechos humanos, pero ¡qué me está diciendo! ¿La II República, modelo de democracia? Si el 11 de mayo ya estaban quemando conventos, expulsando a los jesuitas y, algo tan actual como lo que ocurre ahora, estaban retirando crucifijos. El 13 de julio de 1936, el jefe de la oposición parlamentaria, señor Calvo Sotelo, era asesinado por la policía del Estado, y eran los guardaespaldas de un líder socialista. ¿Y si era un modelo, señor Tardà, por qué ustedes el 6 de octubre de 1934 hicieron un golpe de Estado revolucionario contra la II República? ¿Y Andreu Nin? ¿Dónde está? No lo mató Franco".
Por lo visto, el señor Fernández se estuvo unas horas leyéndose al revisionista Pío Moa, cuando cuenta que el autor material del asesinato de Calvo Sotelo fue un joven pistolero llamado "Luis Cuenca", que estaba como guardaespaldas dentro del grupo de protección "La Motorizada" de Indalecio Prieto, bajo las órdenes del Guardia Civil Fernando Condés. Sobre dicho sujeto se ha dicho que era militante de Juventudes Socialistas, pero por otra parte también que lo era de Juventudes Comunistas, y que anteriormente había estado en la CNT.
http://blogs.que.es/12316/2007/4/19/policia-partido"La Motorizada" era una milicia de autoprotección que tenía entonces el PSOE, y que servía para proteger a sus líderes y viajes y mítines, lo cual era muy útil teniendo en cuenta la gran cantidad de falangistas que había en España. Pero la decisión de realizar dicho asesinato del lider de la minoría de extrema derecha en el Parlamento, no fue del Gobierno, sino más bien de sus propios autores, donde se encontraba el tal Luis Cuenca, o Victoriano Cuenca, al que hoy podría calificarse como el más tarado que hay en todos los grupos de amigos.
Pero lo que no cuenta Moa (en el enlace de arriba), y que le han puesto en un comentario en el anterior blog, es que ese asesinato, estuvo provocado por otro anterior el 12/7/36 en el que unos pistoleros (no está clara su identidad, unos dicen que falangistas, Ian Gibson dice que miembros de la "Asociación de Estudiantes Tradicionalistas", habían estado esperando en la puerta de su casa al Teniente José Castillo, que era miembro del UMRA (una organización militar antifascista), y cuando llegó lo mataron, y que el posterior secuestro y asesinato de Calvo Sotelo fue una operación planeada por estos "guardaespaldas" de Prieto, sin conocimiento ni consentimiento de sus superiores, tal como se puede leer en la siguiente narración.
Es cierto que previamente, Calvo Sotelo había sido amenazado de muerte en sede parlamentaria entre otros por La Pasionaria dos días antes diciéndole que "ese había sido su último discurso", y es por ello que haya quien lo relacione con que realmente luego muriese. También habían amenazado a Gil Robles (del CEDA, -bisabuelo ideológico del PP como quien dice-), pero este se escapó. Efectivamente el asesinato de Calvo Sotelo (y el de Gil Robles, porque no lo pillaron), había sido planeado durante el velatorio del Teniente Castillo, del cual Luis Cuenca era amigo, y este crimen, empezó como un secuestro, para terminar siendo un absurdo asesinato. Y cuando posteriormente se supo la identidad del autor, esto dejó estupefactos a los miembros del Gobierno y a los del Frente Popular, y especialmente al propio Indalecio Prieto. Y aunque se suele decir que una vez muertos, todos los muertos son iguales, el fascismo había estado jugando a provocar con decenas de pequeños asesinatos, y fue con la muerte de Calvo Sotelo cuando unos descerebrados cayeron en la trampa matando ellos también a un líder político.
Gil Robles no estaba esa noche en su casa y se escapó (no se sabe si alguien informó de lo que iba a pasar o simplemente tuvo suerte). El asesinato de Calvo Sotelo fue el 13 de julio de 1936, y evidentemente ayudó para precipitar lo que venía tiempo ya gestándose, y es que sólo cuatro días después Franco se terminase de organizar en Melilla para iniciar su golpe de estado a la II República al día siguiente.
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