El aumento del paro repercute en el problema de la vivienda

Hoy se conocía la cifra del aumento del paro en el mes de noviembre. Pese al total de 1.162.614 contratos que se realizaron en el mes pasado (de los cuales 129.123 -el 11,1%- fueron fijos), y los 336.083 parados oficiales que encontraron empleo, fueron 171.243 personas más que las anteriores las que perdieron su empleo y que hay que añadir a las que ya estaban en paro desde el mes de octubre; es decir, que con respecto a octubre, el paro subió en noviembre un 6,08%, especialmente en los sectores de la Construcción y los Servicios. Ciertamente la cifra no es nada buena, y menos viendo el total de parados acumulados en el último año, que llega casi al millón y que se sitúa en 2.989.269, prácticamente 3 millones, que es la mayor cifra de parados desde febrero de 1996, cuando faltaba un mes para que Felipe González perdiera las elecciones frente a Aznar. Sin embargo, pese a haber aumentado tanto el paro, es curioso que la cifra de afiliados a la Seguridad Social esté en 18,7 millones (18.721.387), que es prácticamente similar a la cifra que había en el mismo periodo de 2007.


Y si la cosa parece que está mal, aún dice Solbes que hay cierto consenso en que aún puede ir a peor, y que el año 2009 será aún peor en todos los sentidos. No obstante, aunque sigue creciendo el paro, el número de parados cada mes está bajando poco a poco, con lo que se espera que en el segundo semestre de 2009 (para septiembre de 2009 más o menos) la cosa empiece a recuperarse.

Aquí la visión de los Sindicatos
Pese a estos números, que nos preocupan a todos, a los ciudadanos, y también al Gobierno (aunque haya quien no se lo crea), desde el Gobierno se ha creado un fondo extraordinario de inversión de 8.000 millones de euros para que los Ayuntamientos puedan hacer nuevas infraestructuras y obras de mejora en sus municipios, con lo que teniendo en cuenta que en España hay 8.111 municipios, de media toca a algo menos de 1 millón de euros por municipio, y si se divide entre habitantes, toca a unos 174 € por habitante. Obras las cuales se estima que darán trabajo a un total de 300.000 personas.

Escribía hace dos semanas el periodista Vidal Coy (también recogido en el blog de la sombra de Aznar) un artículo en el que retrataba a el parado típico levantino: ex albañil y con BMW en la puerta de su piso hipotecado. El artículo, que no tiene desperdicio, nos cuenta la historia de Ginés F., un joven de 27 años, que como otros tantos de su edad, desde hace unos meses en paro. Cuando estaba estudiando vio que eso de los libros y de la cultura del esfuerzo para asegurarse un buen trabajo digno el día de mañana no era lo suyo, y pese a las recomendaciones de su padre que había sido albañil, se dejó llevar por el reflejo del oro cuando le dijeron que iba a ganar 4.000 € al mes poniendo ladrillos, que era cerca del doble de lo que ganaban sus profesores del instituto, de los que encima jóvenes como él se reían y se lo decían en la cara.

En la sociedad de hace unos pocos años, donde ser alguien importante en España pasaba por salir en el Gran Hermano o en el Operación Triunfo, eso de subirse al carro de ganar dinero rápido a corto plazo, para así poder presumir de dinero con los amigos y pasarlo bien, pues estaba bien visto. Y mientras tanto otros muchos jóvenes mejor aconsejados y con más cabeza pensaron que se iban a esperar, y que se iban a preparar mejor estudiando, e intentando sacar algún día algún trabajo más relevante y menos peligroso que el de poner ladrillos. No se iban a hacer ricos, pero tampoco correrían el riesgo de no tener qué comer si las cosas venían mal dadas algún día.

Ahora esos jóvenes que aprendieron a vivir muy bien y muy rápidamente, ya no sonríen tanto, y ven el problema o problemón que tienen encima, y es que no tienen trabajo estable, ni no estable, que no tienen estudios, y que tienen que pagar la hipoteca de una vivienda, y casi no llegan a fin de mes con la prestación por desempleo. Ahora los hay que dicen que se están pensando volverse a estudiar la FP, para reciclarse y ver si aprenden algún trabajo nuevo.

Este problema es bastante penoso, es un drama eso de no tener un trabajo, sí. Y por eso hay que saber hacer memoria y acordarse cuando no hace tanto tiempo el Presidente de todos los murcianos, un tal Valcárcel, mirando para otro lado, era uno de los que más apoyaba de eso de la cultura del pelotazo que se estaba dando en todos o la mayoría de los municipios de la Región, y de prácticamente todo el Levante, entre otras causas, por culpa de la falta de financiación de los Ayuntamientos desde las CCAA. Y por eso cuando desde el PSRM e IU se criticaba este crecimiento sin control, esta barbaridad urbanística que se estaba llevando a cabo, luego salían los defensores de ese modelo, y hacían demagogia diciendo que es que esos de la izquierda estaban en contra del crecimiento y el desarrollo de los municipios y nos querían dejar anclados en el siglo pasado. Y que nuestra Región también tenía derecho a crecer, y que no iban a venir unos pocos ecologistas del "Murcia no se Vende" y unos pocos rojeras a joder el invento a los murcianos (véase los pocos amigos que se forraron a manos llenas especulando con el terreno y los muchísimos que se llevaban unas migajas de sueldo a casa gracias a ese "crecimiento"). No ha tardado tanto, y sólo unos pocos años después, los constructores se están quedando con las casas sin vender, porque no hay quien las compre, porque no hay quien se hipoteque, porque los bancos por lo visto no aprueban nuevas hipotecas, porque ya no se fía nadie de nadie, porque nadie tiene un duro en ninguna parte.

Sabemos que fue Aznar y su Gobierno del PP quien liberalizó el suelo con la famosa Ley del Suelo de Cascos en 1998, posteriormente adaptada aquí en Murcia en 2001, y por las cuales en vez de estar todo protegido y sólo poder construirse en algunas partes, pasaba a ser al revés, se podía construir en todas partes, y sólo habían unos pocos espacios protegidos (y algunos de ellos ni eso). Y con la buena intención de que a más suelo más viviendas, y más baratas, se abrió la puerta a que unos cuantos "listos" comprasen a cuatro duros miles de hectáreas que no es que valiesen mucho, pero que juntas pasaban a ser por obra de gracia de un convenio firmado con un alcalde de turno, y un Pleno por medio que aprobase el nuevo PGOU, terrenos urbanísticos para construirse cientos y cientos de viviendas para vaya usted a saber quién. Y así los nuevos propietarios del suelo, lo guardaban y construían cuando a ellos les venía mejor, provocando el fenómeno de la especulación urbanística.

Nadie duda ni niega que esto fuera así, y que merced a esa necesidad, creciesen a su alrededor nuevas empresas de la construcción, empresas de fabricación de puertas, ventanas, fontanerías, pinturas, y finalmente inmobiliarias. Empresas todas ellas que dependían de la supuesta venta que se hacían de todas esas viviendas, pero que en realidad todo eso era un espejismo, pues ni es verdad que se vendiesen todas, ni que se construyesen en todos los convenios, ni que hubiese esa necesidad. Porque al final entre todos la mataron, y ella sola se murió. Y la gente que en diez o quince años hubiese tenido pensado comprarse una casa, se la compró en cinco, y los supuestos ingleses y demás extranjeros que iban a venir, se lo pensaron mejor y se fueron a la antigua Yugoslavia que estaba más barato.

En 2004 cuando ganó Zapatero las elecciones, el precio de la vivienda crecía al 18,5% cada mes, y la gente se tiraba a la calle diciendo que querían casas, y el PP se hacía el amnésico y decía que el Ministerio de Vivienda no servía para nada porque las casas estaban carísimas y que había que quitar ese Ministerio. Y es que el precio de la vivienda había crecido por el fenómeno de la especulación, y porque el PP sólo había privilegiado la construcción de vivienda libre, en vez de favorecer la construcción de vivienda pública (VPO). En el verano de 2006 la Ministra de Vivienda Mª Antonia Trujillo anunció que se había conseguido bajar el precio de la vivienda al 9,8%, y en el PP aún decían que la vivienda crecía mucho. Ella explicó que había que valorar el problema, y que los que no tenían casa, la querían más barata pero también los que tenían la casa y la querían vender, querían sacar un beneficio. Y no nos podíamos cargar el mercado de golpe, sino que se tardaría unos pocos años, para amortiguar.

Ahora en 2008 ya hemos visto que los precios están cayendo, cerca de lo que sube el IPC, y que los constructores como no tienen beneficio, cierran las empresas, y por tanto, tienen que echar a los trabajadores a la calle. La siguiente consecuencia es que todas las empresas que dependían de la construcción, carpinterías, fontanerías, cristalerías, ven reducido su demanda de productos, y por tanto su nivel de trabajo, y su necesidad de trabajadores, a los que también tienen que despedir.

Por otra parte, a los que ya tenían comprada la vivienda les sube el Euribor (que pese a que hay quien dice que no, esto es una cosa Europea que se decide en Bruselas, y no la decide Zapatero) por el efecto externo de las hipotecas subprime o basura de EEUU (véase crisis Ninja), con lo cual la gente ha pasado de pagar 600 € a pagar 900 € o más. Los sueldos siguen siendo los mismos, y la gente ya no puede seguir pagando las hipotecas, y los bancos, que también están sin blanca, tienen que recaudar líquido como sea, porque se pasaron de listos dando hipotecas como churros, y vienen las vacas flacas, con lo cual ejecutan los cobros de las hipotecas, y si no pagan, se procede a las subastas de las casas incluso sin llegar a los tres meses de demora en el pago.

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