Cuando el pasado día 7 de marzo el periodista Ángel Montiel publicaba un artículo hablando del vicealcalde del Ayto. de Murcia Mario Gómez, y los problemas a los que se estaba enfrentando dentro del grupo municipal, con el Alcalde José Ballesta, por las supuestas filtraciones que había hecho a la prensa, ya que alguien (aún no sabemos muy bien quién) le había grabado hablando con una periodista de La Opinión y señalando unos papeles.
En dicho artículo, ya se barruntaba la posibilidad de que éste llevara a cabo una Moción de censura contra sus propios compañeros del equipo de gobierno del PP, con la ayuda de los concejales del PSOE, así como también la necesaria de los concejales de UP. El problema según informaba, era que en la sede del PSRM lo que interesaba era conseguir el gobierno autonómico, y hasta que esto no estuviera hecho, no había nada de lo que hablar en el Ayuntamiento. Curioso cuando menos, estos cambalaches.
Parecía claro que después de publicarse este artículo, este tándem Ballesta/Gómez iba a durar poco, pues si las negociaciones para conseguir un giro en la Asamblea no llegaban a buen puerto, sin duda que a Cs les iban a quitar las competencias para pasar a la oposición, hasta que Ballesta quisiera o pudiera aguantar así gobernando en minoría. Pero lo cierto es que la figura de Mario Gómez no deja de ser controvertida, por el asunto de su currículum y las listas del SMS.
LA MOCIÓN DE CENSURA
Pese a que la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, manifestó en el mes de octubre de 2020 que "era una irresponsabilidad presentar mociones de censura en plena pandemia" (supongo que por aquello de la importancia de estar pendientes de vigilar las medidas sanitarias y no descentrarse con luchas de poder), y hace unos días llamó a Casado para decirle que "su partido no apoyaría mociones de censura en Madrid ni Castilla y León", sin embargo se ve que no dijo nada de Murcia, y las circunstancias fueron más importantes que la pandemia, y finalmente todo esto de las mociones se materializó unos días después, el 10 de marzo, con el registro en la Asamblea Regional de una moción de censura al gobierno autonómico del PP, que venía firmada por los 17 diputados del PSOE y los 6 de Ciudadanos. Sin duda esto era una noticia de alcance, pues los números daban (23 e incluso 2 más de UP) para conseguir y rebasar la mayoría absoluta de 23 diputados, que pondría fin al gobierno del PP que ya se inició en 1995. Esto ya se podría haber hecho tras las elecciones de 2019, pero nadie sabe muy bien por qué no ocurrió. ¿Quizá por influencias externas? La candidata a presidir la Com. Autónoma era Ana Mtnez. Vidal, antigua concejal del PP en el Ayto. de Murcia, que se pasó a Ciudadanos, y llegó a conseguir ser portavoz del gobierno autonómico con el PP. En el camino, consiguió también ser la coordinadora autonómica de Ciudadanos, contra Isabel Franco, vicepresidenta autonómica, que según dicen no terminó de digerirlo bien, la cual fue candidata del partido según parece ser, con algún que otro pucherazo a su favor, al salir el 92% de los votos de la sede regional.
Esta moción de censura a nivel autonómico, además de incluir también la moción de censura en el Ayuntamiento de Murcia, también se dijo que incluía la de los ayuntamientos de Caravaca de la Cruz, Ceutí, Pliego, y Fuente Álamo (cuestión que en este último caso, desmintió el portavoz del PSOE Antonio J. Gª Conesa), aunque puestos a hacer saltar todo por los aires, no entiendo por qué no se incluyó también por ejemplo el Ayuntamiento de Cehegín, donde se dan similares circunstancias.
Estos anuncios llegaron a Madrid, donde la presidenta de la CAM, Isabel Díaz Ayuso tuvo miedo de que allí Ciudadanos le hiciera lo mismo y disolvió la Asamblea de Madrid, convocando elecciones, lo cual se publicó en el BOCM al día siguiente. Enseguida Más Madrid y el PSOE presentaron sendas mociones de censura, por lo que la Justicia tuvo qué dirimir qué fue antes, si el huevo o la gallina, es decir, si eso de que los actos jurídicos tienen validez a partir del momento en que se publican oficialmente, o para las disoluciones de los parlamentos eso no cuenta. Y el domingo por la tarde resolvió que lo primero es la decisión personal de la presidenta de disolver la asamblea, y por tanto las mociones de censura, aunque se admitieron a trámite, y de hecho hubo sesión parlamentaria en dicha tarde (supuestamente con la Asamblea ya disuelta), en realidad no tenían lugar y no se deberían haber admitido ¿entonces prevaricó la mesa de la Asamblea de Madrid? ¡Qué locura!. Lo cierto es que con la debacle prevista de Cs, es de suponer que vistas las encuestas, al PP ya sólo le quede Vox como pareja de baile, con lo cual se terminarían de quitar la careta. Pero esto es otra historia y esperemos que la Comunidad de Madrid lo impida a tiempo. Volvamos a Murcia.
LA TRAICIÓN
Hubo quien vio una traición en estas declaraciones y en el registro de la moción de censura, pues los diputados de Ciudadanos hacían saltar por los aires el acuerdo de gobierno firmado en 2019. Así, mientras habían callado y permanecido fieles al acuerdo, eran buenas personas, y cuando se anunció la moción, a ojos del PP, pasaron a ser unos traidores, y si no, aquí podemos ver las opiniones del ínclito Paco Bernabé. Sin embargo la diferencia es que esta no era una decisión unipersonal de uno o dos diputados (como fue el caso luego), sino un acuerdo bien hablado y tratado en el seno del partido, incluso con conocimiento de los representantes nacionales.
Pero la verdadera traición no iba a ser esa, pues las alegrías ya se sabe que no duran mucho en la casa de los pobres, y tras las dudas surgidas entre los diputados de Ciudadanos tras la firma de la moción, y después de que al parecer alguien tocara a la diputada Valle Miguélez, al día siguiente, el 11 de marzo, saltaba de nuevo la sorpresa, tras anunciar tres de los seis diputados de Cs, que no apoyarían la moción de censura que habían firmado, y que seguirían apoyando al PP. Mi gozo en un pozo, dirían muchos que esperaron que tuviera lugar el cambio realmente. Los protagonistas de esta salida de pata de banco, la vicepresidenta Isabel Franco, y otros dos diputados más, Valle Miguélez (sin estudios superiores, pero estudia un máster en gestión portuaria) y Francisco Álvarez (exmilitante del PP de Alcantarilla que de la noche a la mañana fue concejal del C's en dicha localidad en 2011/19, sin estudios universitarios, que estuvo 5 años sin pagar el IBI), a los cuales el presidente F. López Miras enseguida nombró Consejeros de Empresa, Industria y Portavocía, así como Empleo y Universidades respectivamente (lo cual para no tener éste estudios, esto está muy bien y dice mucho de la capacidad de gestión de nuestros representantes, que se venden por un plato de lentejas), y por si acaso, les puso sueldo y chofer, para que no tuvieran más dudas; y a continuación, pidió al PSOE y Ciudadanos que se retirase la moción de censura, porque ya había fracasado antes de empezar.
El bíblico Esaú, hijo de Isaac y nieto de Abraham, vendió su primogenitura a su hermano pequeño Jacob, por un plato de lentejas. ¿Le mereció la pena? Esaú terminó vagando por el desierto y Jacob dirigiendo a la nación de Israel. Unos miles de años después, Judas cargó con la responsabilidad de vender a su Maestro Jesús, para cumplir la voluntad del Padre, a sabiendas que por miles de años sería vilipendiado y tachado de traidor. Dos hechos bíblicos que bien pueden servirnos como referencia para valorar y comparar con la actualidad.
Estos tres diputados se han dejado "comprar" con seguir en el gobierno regional, con sueldo, con chófer, al menos durante dos años. Y han traicionado a sus compañeros de partido y diputados, y hasta a su propio nombre, al decir que lo que firmaron, es papel mojado. ¿Alguien podrá creer ya su palabra?
¿Pero quién estaba detrás de todo esto? Con el tiempo todo se sabe, y al parecer fue el Secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, que hasta también era senador y que como estos tres personajes, también decidió esta semana saltar del barco de Ciudadanos e irse al PP, además de llevarse con él la información de la estructura de Ciudadanos. Y no ha sido el único, también se ha ido Toni Cantó para volver al teatro. Ciertamente Ciudadanos está en clara descomposición.
En su intervención ante los medios, en la que se desmarcaba de su partido e iniciaba su nueva carrera en solitario representándose ya sólo a sí misma, la vicepresidenta Isabel Franco dijo que "firmó la moción por disciplina de partido" (en realidad al parecer no mostró oposición en la reunión en que se firmó, con lo cual cabe pensar que actuara así para luego pasar la información al presidente), y en la rueda de prensa añadió que "los ciudadanos no la habían votado para entregar el Gobierno de Murcia a Pedro Sánchez", de lo cual el resto de los mortales habremos de deducir que cuando ella vio los resultados electorales de 2019, que ganó el PSOE, entendió justo lo contrario, es decir: que "los ciudadanos la habían votado para entregárselo a Casado". Sin embargo no fue eso lo que dijo su líder Inés Arrimadas en la campaña electoral cuando hizo su mitin en la plaza de Belluga, cuando dijo aquello de que "24 años de gobierno del PP eran muchos" ¿alguien se imagina cuatro años más de gobierno del PP? Es más, ella misma en la campaña de 2019 decía que "hay que acabar con 24 años de gobierno del PP en la Comunidad". ¿Entonces qué pasó entre que pensaba eso y luego decidieron seguir apoyando un gobierno del PP, pese a que su teoría era apoyar a los gobiernos más votados?
De todo esto, os recomiendo que veáis este pequeño vídeo de Edmundo Bal, diputado de Ciudadanos en el Congreso, que explica todo esto muy bien. Y para quien quiera más, tiene el enlace debajo a las declaraciones completas, que ni yo podría haber sido tan duro como lo es él.
Por lo que parece, pese a haberse dinamitado la operación en la Asamblea debido a estos tres tránsfugas, la operación en el Ayuntamiento sigue adelante, y José Antonio Serrano, portavoz del PSOE, sería el próximo alcalde con el apoyo de Cs y UP.
Y ahora vayamos a las valoraciones y estrategias políticas.
Quienes sigan las encuestas, así como también los resultados electorales, habrán podido observar sin lugar a dudas, la tendencia a la baja de Ciudadanos. Nació en Cataluña para ser una fuerza contraria al nacionalismo e independentismo catalán, y Albert Rivera exportó la idea al resto de España, con el discurso de estar todos juntos en un gran país, contra los independentismos. Sin embargo recientemente la pérdida de 30 de los 36 diputados que tenían en el parlamento catalán ha supuesto una gran debacle, que sin duda se verá reflejada también en su práctica desaparición en la Asamblea de Madrid (si finalmente hay elecciones) donde tiene 26 escaños, así como en Andalucía. Su pensamiento económico es más bien neoliberal, es decir, que prefieren no intervenir en el mercado, pues cuanto menos fuerza tengan los poderes públicos y menos intervencionismo hagan, más fuerza tendrán los propios mercados para hacer y deshacer a su antojo. Ideológicamente esto es ciertamente contrario a las ideas socialistas, que son más bien de intervenir en los mercados, para procurar y garantizar que al menos se mantienen las ayudas para los más desfavorecidos. Otra cuestión es que éstos no tengan los suficientes conocimientos políticos y prefieran votar a los que les oprimen.
Ciudadanos nació con la idea de ser un partido "bisagra" que estuviera para colaborar y vigilar al partido que ganara las elecciones, ya fuera PSOE o PP, sin que éstos tuvieran necesidad de recurrir a partidos independentistas que sacaran todo lo que quisieran por unos cuantos votos. Sin embargo, esa pretendida neutralidad enseguida se vio que no era tal, pues salvo algunos casos puntuales, la totalidad de los pactos y apoyos de Ciudadanos eran con el PP, incluso como se vio en Murcia, pasándose por el forro su principio de apoyar al partido más votado, pues entre los 17 diputados que tenía el PSOE y los 16 que tenía el PP, prefirieron lo segundo, necesitando del apoyo externo de Vox. ¿Principios?
Cualquiera en su sano juicio ve que aquí hay un muy claro caso de transfuguismo, menos el PP, que como es el interesado, le parece bien que esta gente se haya inmolado y les vaya a salvar de la quema estos próximos dos años, por lo que miran para otro lado y dicen que no ven ni creen que aquí haya transfuguismo, pues consideran que quien rompió el pacto de gobierno fue Inés Arrimadas, al incitar a los concejales y diputados de Cs a hacer mociones contra sus propios gobiernos. La culpa es de los demás. Ellos no ven motivos ni razones. Lo de la viga en el ojo se queda pequeño aquí.
Ciudadanos tenía con este anuncio y el posterior gobierno autonómico, la posibilidad de reinventarse y recuperar algo de credibilidad, después de la foto de Colón y las derivas hacia la derecha. De hecho tras la debacle provocada en las elecciones generales por A. Rivera y su perro Lucas, su sucesora I. Arrimadas había empezado a remontar el vuelo en las encuestas cuando anunció que frente a la irresponsabilidad de otros, apoyaría al gobierno de Sánchez en las declaraciones del estado de alarma. Es decir, tenían la que posiblemente sería la última posibilidad de parecer un partido medio útil. Posibilidad que han saboteado estos tres tránsfugas al saltarse la disciplina de partido por la cara, pues aunque desde dicho partido se hayan tomado las oportunas medidas contra ellos, la mentalidad de la gente es muy simple, y su resumen es que se puede deducir que electoralmente, Ciudadanos está muerto y enterrado.
Los tres diputados que anunciaron que no votarían la moción de censura que firmaron, aún no sabemos realmente lo que les ofrecieron, pero sí que sabemos la silla y el sueldo que tendrán. 76.000€ al año y un chófer en la puerta, como dijo la coordinadora y candidata Ana Mtnez. Vidal. Y para esto no hace falta caja B, que lo tendrán sin tapujos de la caja A. Es decir, que Francisco Álvarez y Valle Miguélez, pasaban de 52.000€ como diputados a cobrar 24.000€ más durante dos años. Además, por si acaso, el presidente nombró como Consejero también al que iba como número 7 por la lista de Ciudadanos, por si alguno de los tres se echaba para atrás, tenerlo también controlado.
Ahora bien, ¿esto es legal? ¿se le puede dar un cargo público a una persona tránsfuga? Resulta que el Tribunal Supremo creó doctrina en octubre de 2020 al juzgar el caso del Ayuntamiento de Font de la Figuera (Valencia), y decir que "los concejales tránsfugas no pueden asumir nuevos cargos que supongan mejoras políticas y económicas". ¿Y esto es aplicable también a diputados? Cualquiera podría entender que sí pues son igual de cargos públicos.
Estos tres diputados tránsfugas de Cs, enseguida fueron expulsados del grupo de Ciudadanos, al grupo mixto, y lo lógico es que también se les abra un expediente disciplinario y se les expulse del partido. Estas tres personas, han cambiado su buen nombre (si es que aún tenían algo de nombre) y su dignidad, por dos años de gobierno y un sueldo de entre 5.000€ y 6.000€ al mes. La cuestión es ¿qué será de ellos dentro de dos años? Se han pasado sus principios, los de su partido y sus votantes por el forro, y lo único que han conseguido es salvar los muebles al PP. ¿alguien se acuerda de Tamayo y Sáez? Pues el mismo futuro les espera, el de la ignominia. La periodista Rosa Roda, que no da puntada sin hilo, lo explica todo esto también muy bien, y si te has quedado con ganas de más tras leer esto, te recomiendo la lectura de su artículo.
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